[creo que me estoy ganando poco a poco que nadie hable conmigo en el cole…]
El otro día estuvimos de boda… y no sé cómo ni porqué me vi acalorado en una conversación más propia de patio de colegio.
El diálogo surgió entre los siguientes personajes:
Un profe de primaria
Un tipo que no tiene hijos
Uno que mira y asiente con la cabeza aunque no aporta nada
Yo.
“Es que los grupos de madres de whatsapp”… “es que las tareas que mandan los profes…” “es que los padres haciendo las tareas de sus hijos…” “es que en qué piensan los padres…” “y los profes…” y “es que al ratoncito Pérez se le va la olla…”
Miraba a ambos lados, y sólo veía nuestras miradas como una viñeta de comic manga… como a punto de empezar una sangrienta batalla… yo era el único padre del grupo, o al menos quien representaba al colectivo y me sentía en desventaja.
Pero oye… palabrita de Niño Jesús… lo juro por Montesorri… buscaba y buscaba argumentos para defendernos a los padres de hoy en día, así en general… y lo siento… no pude… me vencieron… bueno… me rendí…
– Primero porque los grupos de whatsapp de colegio son de madres!!! Hala… pues ya no tiene que ver conmigo!
– Segundo, porque en esta apasionante y agotadora aventura que es educar a nuestros hijos hubo, hay y habrá padres que sienten que el profesor es un contrincante y profesores que opinan que los padres son los culpables de todo lo que le pasa a los hijos… (bueno, esto último es un poco cierto, pero me entendéis) Yo quiero presuponer que el profe está para ayudar… si no qué mierdas hace ahí? Como soy padre y medio-profesor… en este tema no puedo entrar.
– Y tercero… porque las tareas de los niños son de los niños. Y yo ya no soy niño. Y esto es desde que se lo apuntan en su agenda hasta que las hacen en casa. Si se les ha olvidado apuntarlo o no las hacen… ¿no es eso ya parte de no cumplir con su responsabilidad de hacer las tareas? Al día siguiente, consecuencias y en casa sonaría mejor un “¡espabila!” que un “voy a ver hijito qué página de lengua te tocaba para hoy”
El profe de primaria nos decía cómo, con sutil e intrépida vergüenza, debía recordar cada año a los padres… “oye… cuidadito con los grupos de whatsapp… que no traen nada bueno…” los padres se sonríen al escucharlo una vez más.
El que no tiene hijos nos recordaba cómo en su casa sus padres no hicieron las tareas con él nunca.
El que miraba seguía mirando y asintiendo a todo.
Y yo… recordaba cuando Pablo tenía 1 año. 1 año!!! Y en la guardería nos pidieron adornar con el niño un muñeco de nieve para Navidad. Mi hijo hizo unos geniales garabatos… feos y destartalados que, para sus orgullosos padres, eran obra del mismísimo Picasso. Cuando llegué… los muñecos de nieve tenían botones pegados; trocitos de algodón que habían sido cuidadosamente tratados para ser bolitas de nieve; narices de zanahoria que ni el mismo Antonio López sabe pintar; gorritos hechos con fieltro y recortados con maquinaria industrial y uno con lucecitas y lentejuelas que decía “happy Christmas” al dar una palmada…
Mi hijo entonces era un analfabeto!!!! Desde luego!!! Tenía que haber escrito a las madres por un grupo de guasap para entender que tenía que haber hecho yo el muñequito. Y habría ganado yo!!! Que se me dan muy bien las manualidades… porque ¿era un concurso… no? Soy un padre irresponsable. Pido perdón.
Ea! ahí va otro dibu inspirado en conversaciones y reuniones con profes. Espero que os guste!
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