Ser raro… hace tiempo que pienso sobre esto.

¿Qué es ser raro? Ser distinto, hacer cosas diferentes, que te gusten cosas poco comunes, que te tiren las cosas poco frecuentes… Si raro es ser eso ¿por qué es malo? Ser original, ser especial… ¿no es algo bueno? Y por el contrario, ser normal, común, ordinario,… ¿No es aburrido? ¿No es mediocre?

Ser raro… pienso mucho en esto… lo pienso al ver a los niños jugar. Al que no le gusta lo de todos… al raro que no le gusta el fútbol y a la rara que no le gustan las muñecas… unos amigos me lo confirmaban el otro día: es rara su niña, porque quiere ir al cole con pantalones, (que es lo más normal del mundo) pero no puede porque el uniforme de niñas es de falda. Y es raro, rarísimo, su niño que quiere disfrazarse de princesa porque le divierten mucho más los disfraces de «las niñas». Eres un niño raro si no te gusta lo que a todos les gusta. Eres un niño normal si haces lo que todos hacen.

Y es que ser normal… ¡es un valor! Somos normales y eso gusta… porque no nos asusta, porque no se sale de nuestras ideas preconcebidas, porque no nos rompe los esquemas…

Ser raro… pienso a menudo en esto… hace poco hablaba con otra amiga que “llamamos friki a aquel que simplemente vive apasionado con lo que le gusta, que le entusiasma su trabajo…“ decimos tan alegremente “este es un friki de…” Pero sabemos que no hay un solo grande de la historia, nadie que hiciera algo importante para el mundo, que no se saliese de la norma, que no se saliese de lo normal. Vamos, que fuera un friki. ¿Cuántas veces debió escucharlo?

Y hace unos días… una alumna me decía que quería desapuntarse de coro. Que la mirarían sus compañeros diciendo que es rara, que los demás se apuntan a cosas más chulas…

“Más normales” -le dije yo-

“Bueno sí… más normales, porque a coro ¿quién se apunta?” -Me dijo ella-

“¿A coro se apunta gente rara?” –le pregunté yo realmente extrañado-

“No es que sea gente rara… es que hay otras actividades más normales” -me respondió-

“¿Más comunes o más aburridas te refieres?» –le dije- Porque cantar en un coro es original y raro, especial, llámalo como quieras… pero ir a baloncesto, fútbol o a inglés es normal, necesario, útil. ¡¡¡Ay de la utilidad de las cosas!!!!

“El teatro, la música, la creatividad… es tan inútil, verdad?” –le dije-

“No sé si inútil… pero es raro, te miran raro…” -me contestó-

Ser raro… hace mucho que pienso en esto… Yo creo que soy normal, ¡¡¡quisiera ser raro!!! Qué rabia!!! Bueno… tengo mis rarezas… pero son «rarezas normales»… creo… bueno, no sé… normalmente me gustan las cosas inútiles… y además no me gusta el ketchup… tampoco me gusta el fútbol… ¡hala… ya lo he dicho! ¿soy raro? ¡¡¡Decidme que sí!!! (Aunque estas pequeñas rebeldías contra la “normalidad” no le importan a nadie!)

Benditos normales que andamos por el mundo… Pero benditos raros los que incomodan, los que le dan una vuelta a tus normalidades, los que te sacan de tu común… y benditos artistas. ¡Esos sí que son raros!

Si ves a alguien raro por ahí… déjate sorprender… los raros suelen ir solos y suelen sentir que nadie les comprende, porque son raros. Nadie les llega a entender y parece que lo que piensan, sueñan, viven,… es inútil. Son raros. No les acaba de convencer la idea de «ser uno más», pero a veces, darían lo que fuera por parecerte normales. Los imagino paseando perros verdes, asegurando ver a cerdos volar y afirmando conocer ranas con pelo… No los llames locos, por favor. Ni raros ni diferentes… llámalos extra-ordinarios. Ellos ven cosas que tú no ves.

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